La fibromialgia, es una enfermedad crónica que afecta a un 6.3% de la población mundial. Entre el 75 y el 90% de los casos se observa en mujeres, pero también se produce en los hombres y niños de todos los grupos étnicos. Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), esta enfermedad tiene una prevalencia del 2,4%, es decir, un total de 700.000 personas la padecen en España.
Desde hace ya unos años, la digitalización en la sanidad es una realidad. La pandemia dejó muchas lecciones aprendidas y llevó a la mejora de procesos gracias a herramientas tecnológicas que están utilizando cada vez más los profesionales de salud.
Por otro lado, las enfermedades crónicas no dan tregua y requieren continuos procesos de rehabilitación. La tecnología ha permitido involucrar al paciente en tratamientos prolongados como el tratamiento de enfermedades crónicas, ayudando así a mejorar los procesos de recuperación y a disminuir los costes sanitarios tanto para las entidades de salud como para los mismos pacientes.
¿Qué es la fibromialgia y cómo se manifiesta?
La fibromialgia es una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud que abarca un conjunto de síntomas, principalmente el dolor musculoesquelético persistente durante más de 3 meses; un dolor difuso, inespecífico, y que afecta de forma generalizada a diferentes tejidos blandos del cuerpo. Al no tener una causa evidente, decimos que es una enfermedad idiopática.
Además del dolor, la fibromialgia puede venir acompañada de trastornos del sueño, rigidez matutina, problemas de memoria, problemas del estado de ánimo y otros factores psicológicos. Se la relaciona estrechamente con la fatiga crónica.
Aunque las personas con fibromialgia pueden presentar signos de ansiedad, depresión o estrés, la fibromialgia no es una enfermedad psicológica. A menudo, estos signos están relacionados con la percepción negativa de la persona respecto a su enfermedad, la persistencia de sus síntomas y su impacto en el día a día.
Con el cuestionario Revised Fibromyalgia Impact Questionnaire (FIQR) es posible evaluar el estado de salud de las personas con fibromialgia y clasificar su enfermedad en uno de los 3 grados: leve, moderada o severa.
¿Cómo se trata esta enfermedad?
Ya que el dolor es el síntoma principal, la fisioterapia toma un papel importante en la recuperación de pacientes con fibromialgia. La fisioterapia se encarga de desarrollar, mantener y restablecer el movimiento y la capacidad funcional a lo largo de la vida. Su rol va cobrando importancia a medida que va pasando el tiempo, ya que nos ayuda a combatir el proceso de envejecimiento y facilita que el organismo mantenga sus funciones el mayor tiempo posible.
A través de los programas de rehabilitación basados en la reeducación , las personas con fibromialgia pueden crear nuevas rutinas para mejorar sus hábitos y disminuir los síntomas como el dolor, la fatiga crónica y la debilidad muscular. El profesional se encarga de diseñar un programa adaptado a cada persona.,
Es importante crear un vínculo entre profesional y paciente para aumentar la adherencia al tratamiento y asegurar la eficacia terapéutica de la reeducación, de forma que el paciente adopte las estrategias necesarias para hacer sus hábitos más saludables. Además el ejercicio físico ayuda a incrementar las hormonas que generan relajación y bienestar en el cuerpo tales como la serotonina y las endorfinas.
Nuevas formas de tratar la fibromialgia
En ese sentido, nuevas formas asistenciales como la telerehabilitación han ganado mucho terreno en el tratamiento de diferentes patologías tanto crónicas como agudas. La telerehabilitación es una forma de telemedicina que permite dar servicios de rehabilitación remota. De esta forma, el profesional puede pautar ejercicios terapéuticos, monitorizar al paciente a distancia y controlar mejor la efectividad del tratamiento ya que puede medir el progreso del paciente de una forma objetiva. El uso de plataformas digitales ayuda al profesional a aumentar la accesibilidad y mejorar la continuidad de la atención en personas con limitaciones como las personas mayores o que tienen cierto grado de discapacidad.
A través de la telerehabilitación, el profesional puede organizar mejor su tiempo para poder tratar un mayor número de pacientes y controlar de forma eficaz y segura todos los procesos de recuperación que cada paciente necesita según su patología o trastorno musculoesquelético.
Las personas que sufren de enfermedades crónicas o persistentes como la fibromialgia pueden beneficiarse de este tipo de herramientas tecnológicas, ya que es una enfermedad que se debe tratar de forma continua y a largo plazo. El mundo está cambiando en todos los sentidos y los profesionales sanitarios, especialmente los fisioterapeutas, no se pueden quedar atrás. Por este motivo, este tipo de plataformas digitales como ReHub benefician tanto al profesional como al paciente ya que permiten reducir los tiempos de recuperación, aumentar la adherencia al tratamiento y evaluar objetivamente el progreso del paciente.